Especial Concha Velasco. La actriz fallece a los 84 años, dos años después de su retirada de los escenarios
España se viste de luto para despedir a Concha Velasco, que fallece a los 84 años tras más de dos años retirada de los focos y los escenarios. No obstante, es curioso porque Concha Velasco ha logrado ser artísticamente inmortal. Es una de las pocas actrices nacionales, que ha obtenido el clamor popular de todas las generaciones. Porque Concha (Conchita en sus inicios) ha sido testigo de la evolución del mundo del espectáculo. Comenzó siendo bailarina, después de ser chica de la cruz roja, se convirtió en chica yeyé y curiosamente, uno de sus últimos trabajos ha sido ser chica del cable, aunque no exactamente, porque la Velasco interpretaba a Doña Carmen.
Desde Los Lunes Seriéfilos queremos también homenajear a la constante presencia cinematográfica, televisiva y teatral, y no qué mejor forma de hacerlo que repasando su trayectoria con su Especial Concha Velasco, sus más de 60 años de carrera artística.
La bailarina vallisoletana que acabó en el cine: debutó con 15 años
El 29 de noviembre de 1939, recién terminada la Guerra Civil española, nacía Concepción Velasco Varona. Hija de un militar y una maestra, y con un hermano menor, la familia se tuvo que trasladar a Larache, lugar al que destinaron a su padre. Desde pequeña supo que quería dedicarse al mundo del espectáculo, porque Concha ya era una niña muy movida y le encantaba bailar, además de imitar Juanita Reina. A su padre, le cambiaron de ciudad y le asignaron un puesto en Madrid, lugar al que se mudó toda la familia. Ya en la capital, le matricularon en una academia de baile, a la cual acudía cuando salía del colegio.
Poco a poco, Concha fue ganando experiencia y fuerza escénica, cualidades que le permitieron obtener su primer trabajo como bailarina del cuerpo de baile en la Ópera de La Coruña, donde cobraba 600 pesetas diarias. De ahí, pasó a formar parte de la compañía de Manolo Caracol y Luisa Ortega, para después marchar a la de Celia Gámez. Fue mientras trabajaba con ella, cuando unos productores, que buscaban extras para una película, acudieron a ver el espectáculo y se prendaron de la Velasco. Le contrataron para su primer papel con frase para la película ‘El bandido generoso’ (1954), aunque su primer papel relevante fue, ese mismo año, en ‘La reina mora’. A partir de ahí, comenzó a unir éxitos, y poco a poco, fraguó una gran carrera como actriz (algo a lo que ella nunca aspiró).
Salto popular al teatro
Le siguen ‘Dos novias para un torero’ y ‘La fierecilla domada’, donde coincidió con su después amiga Carmen Sevilla. En 1958, llega su gran oportunidad al protagonizar ‘Las chicas de la cruz roja’. Allí coincidió con el galán de la época Tony Leblanc, con el que mantendría una enorme amistad. Junto a él, Concha participó en otros títulos como ‘Los tramposos’, ‘Amor bajo cero’ y ‘El día de los enamorados’. Su salto al teatro se produjo gracias a Luis Escobar, que le propuso sustituir a Nati Mistral en el musical ‘Te espero en el Eslava’. Concha no dudó en unirse al espectáculo y gracias a él, consiguió uno de sus mayores éxitos sobre las tablas.
El cine de los 60 y el teatro
En la década de los 60 comienza rodando disparatas comedias como ‘Mi noche de bodas’, ‘La boda era a las doce’, ‘Cuatro noches de boda’ o ‘El arte de no casarse’. Resulta imprescindible nombrar que conoció al director José Luis Sáenz de Heredia (uno de los nombres esenciales del cine español). Este le escogió para protagonizar la versión de ‘El indulto’ de Emilia Pardo Bazán. El director le dirigió en once películas, entre ellas destacó en ‘La verbena de la paloma (1963) o ‘Historias de la televisión’, donde interpretó su mítica canción: ‘La chica yeyé’.
En 1966, el director José María Forqué cuenta con ella para ‘Las que tienen que servir’, donde interpreta uno de los múltiples roles de criada que le fueron asignados en esta época. Destacan sus colaboraciones con actores como José Sacristán, Fernando Fernán Gómez o Alfredo Landa, entre otros muchos. Con este último, trabajó en ‘Una vez al año ser hippie no hace daño’ o ‘El alma serena’. Hay que destacar que muchas de las películas de esta época tenían su posterior o anterior versión en teatro y en muchas de ellas, Concha Velasco también participó. En 1969, debemos destacar el filme ‘El taxi de los conflictos’. Un proyecto que desarrollaron Sáenz de Heredia y Ozores, donde tuvieron la gran fortuna de contar con todo lo mejorcito del cine español: desde Lola Flores a Marisol, pasando por Antonio Ozores o Paquita Rico entre otros muchísimos.
Su boda con Paco Marsó
Sobre las tablas, trabajó con destacados nombres como Antonio Buero Vallejo, que le dirigió en ‘Llegada de los dioses’; Juan Diego, con quien mantuvo una relación sentimental o el director de fotografía Fernando Arribas. Este fue el padre su primer hijo, Manuel. Con Paco Marsó, su inseparable marido pese a su divorcio en 2005, también coincidió en los 70. Ya se habían conocido rodando ‘Estudio 1’ de TVE y en la obra ‘Una chica en mi sopa’, donde buscaban un galán que acompañase a la Velasco en las tablas y alguien sugirió su nombre. Formalizaron la relación, casándose el 18 de abril de 1977, con una boda sencilla y familiar. Con él tuvo a su segundo hijo, Francisco.
Los 70 y los 80: las comedias setenteras, éxito en el teatro y la primera nominación al Goya
Mientras tanto, los 70 fueron grandes años laborales, puesto que fue la década donde más pudo trabajar. Reputados realizadores como José María Forqué o Mariano Ozores contaron con ella, de nuevo, para las disparatadas comedias setenteras. Concha volvió a trabajar acompañada de Alfredo Landa, Manolo Escobar o José Sacristán. Resultan imprescindibles los filmes de Sáenz de Heredia como ‘Préstame quince días, donde comparte cartel con Alfredo Landa y Lola Gaos. También destaca su etapa artística al lado de Manolo Escobar, donde ejercería siempre un rol muy cómico, en películas como ‘Relaciones casi públicas’, ‘Juicio de faldas’ o ‘Me debes un muerto’.
A mediados de los 70, cambia totalmente su registro en películas de Pedro Olea como ‘Tormento’, ‘Jaque a la dama o ‘Las largas vacaciones del 36’, esta de Jaime Camino. Fue una película innovadora y muy arriesgada en dicho año, puesto que era la primera película donde cambia la perspectiva hasta ahora vista, sobre la Guerra Civil.
En los ochenta, participó en ‘La colmena’, el filme que congregó a lo mejorcito del cine español. Continuó con ‘La hora bruja’ de Jaime de Armiñan y terminó la década con ‘Esquilache’ de 1989. Esta película es especialmente importante en su trayectoria, ya que, además de estar sublime, Concha obtuvo su primera nominación al Goya. Su mayor éxito en los 80 fue gracias a la serie por la que, hoy en día, muchos le recuerdan: ‘Teresa de Jesús’. Su interpretación de la mística santa ha sido una de las más laureadas de su carrera y supuso un verdadero punto de inflexión en el trabajo de la vallisoletana. En el teatro, también fueron años muy exitosos. Obras como ‘Mamá quiero ser artista’ o ‘Carmen, Carmen’ arrasaron en los escenarios nacionales.
El teatro y la televisión de los 90 y el cine del siglo XX
En 1992, su espectáculo teatral ‘Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?’ fue llevada al cine por José Sacristán, que ejerció de director y protagonista junto a Concha. Otro de sus éxitos en el cine vino en 1996, cuando Pedro Olea le propuso protagonizar ‘Más allá del jardín’, basada en la novela de Antonio Gala. Por la interpretación de una solidaria mujer de clase alta, obtuvo su segunda nominación al Goya. También Luis García Berlanga contó con ella para su última película ‘Paris-Tombuctú’.
En televisión labró una carrera que le permitió ser la protagonista de cada uno de los televisores españoles, que aguardaban para ver a la Velasco. Más que en series, Concha destacó por ejercer de presentadora en programas como ‘Querida Concha’ o ‘Encantada de la vida’, magazines que combinaban actuaciones, con entrevistas y debates. En 1999, Concha sustituyó a la famosa Isabel Gemio en uno de los programas más relevantes de la historia de la televisión: ‘Sorpresa sorpresa’.
Entrado el nuevo siglo, Concha Velasco sigue al pie del cañón. Con respecto al cine, aparece en películas como ‘El oro de Moscú’, ‘Chuecatown’ o ‘Bienvenido a casa’. Su película más reciente ha sido la perteneciente al género del terror ‘Malasaña 32’ de Albert Pintó.
Premios, series y su retirada del teatro
Sin duda alguna, los años 2000 son los mejores si hablamos de ficción televisiva (excluyendo, por supuesto, la gran ‘Teresa de Jesús’). Su interpretación como la matriarca de la familia Orozco en ‘Herederos’, ha sido una de las más laureadas de su carrera. Sin olvidar series como ‘Las chicas de oro’, adaptación de la mítica serie americana, que estuvo protagonizada por la propia Concha, además de Lola Herrera, Alicia Hermida y Carmen Maura. En su extenso currículum destacan también ‘Gran hotel’ o ‘Bajo sospecha’, además de la ya mencionada al inicio, ‘Las chicas del cable’. Con respecto a la no ficción, no podemos obviar los años que estuvo al frente del mítico ‘Cine de barrio’ desde 2011 hasta 2020, cuando se ha incorporado la cantante Alaska.
En el teatro, ha destacado por espectáculos como ‘Hello, ¡Dolly!, ‘La vida por delante’, ‘Hecuba’, ‘Olivia y Eugenio’ o las obras que le escribía su hijo Manuel. Precisamente, este último año representaba el espectáculo ‘La habitación de María’, obra con la que ha decidido despedirse del teatro. El lugar que tantos éxitos le ha dado.
Los premios, tan importantes para cualquier artista, más lo han sido para Concha Velasco, que precisamente, premios no le han faltado. El Goya, por una interpretación, pese a sus dos nominaciones, no se lo ha llevado nunca. Así que, finalmente, la Academia decidió otorgarle el Goya de Honor en el 2013. Entre otros galardones, la Velasco puede presumir de tener 9 Fotogramas de Plata, 2 Premios Iris, un Premio Ondas, 2 Premios Max de teatro y miles de estatuillas más que por cuestión de espacio resulta imposible nombrar. Pero Concha, pese a los múltiples galardones, podrá presumir siempre de tener un publico fiel que ha conservado durante seis décadas. Porque su público (reconocido siempre por ella misma en las múltiples entrevistas que ha concedido) es su mayor premio. Ese que siempre le ha aplaudido y seguido, hoy le despide. ¡Gracias por todo, Concha!
