Los más fuertes vínculos los
crea la sangre. Ya sea la que recorre nuestras venas o se derrama sobre la
piel. Gota a gota se crean alianzas o enemistades. Pero Drácula sólo tiene sed
de sangre de Dragón.
A medida que pasan los
capítulos, la trama de Dracula se
vuelve más rebuscada e intrigante. Cada personaje tiene su propia historia y
persigue sus propios objetivos. Sabemos que al final llegarán al mismo punto:
descubrir que Drácula y Alexander Grayson son la misma persona. Pero el camino
se está volviendo tortuoso, y a ratos, difícil de seguir, lo cual resulta
contraproducente. Sin embargo, en este capítulo, la luz vence sobre las
tinieblas, y Dracula nos ha ofrecido
el mejor episodio hasta el momento.
Tras la muerte de los
buscadores de vampiros, éstos campan a sus anchas por las calles de Londres.
Entre ellos se encuentra Joseph, antiguo amigo de Drácula. Al verse envuelto en
un altercado con Lady Jayne, en el que otros dos vampiros resultan exterminados,
Joseph recurre a la incondicional ayuda de su amigo. Joseph le explica a
Drácula lo sucedido, y éste le hace saber que mantiene una relación intima con
Lady Jayne. La sed de sangre de Joseph se ve aplacada cuando Drácula le impide
vengarse, pero a cambio, le ofrece su eterna hospitalidad.

Entre tanto, Alexander Grayson
tiene otros asuntos de los que ocuparse. Para ganarse la confianza y los
sentimientos de Mina, el empresario ofrece su mansión para que los amantes
celebren allí su fiesta de compromiso. Sin embargo, Mina comienza a sospechar,
pues no termina de entender el empeño de Grayson en complacerles. Harker,
agradecido, le aconseja a su futura esposa, que se olvide del asunto y relegue
los preparativos de la boda, a su amiga Lucy. Así, la pareja se centra cada uno
en sus respectivos trabajos.
Por un lado, Harker se embarca
en la exhaustiva investigación del General Shawn, un jefazo del ejército que
mantiene turbios negocios con la Orden del Dragón. Las diferentes pistas y chivatazos
le encaminan a una dirección, en la que vive una misteriosa señora que comparte
el mismo nombre. ¿Qué se esconde tras la puerta? Quizá Alexander haya
encontrado el punto débil de la Orden. Aunque Shawn ya no tendrá nada que
alegar, pues Mr. Browning le hace callar para siempre poniéndole una soga
alrededor del cuello.
Mientras, Mina se centra en sus
estudios y los trabajos que le ha entregado Van Helsing. Aunque ésta le presta
atención a otras cuestiones, pues descubre una habitación secreta en la que el
profesor guarda todo lo relacionado con Drácula y el remedio que está creando
para que el vampiro original pueda caminar bajo la luz del sol. Allí, encuentra
unas muestras de sangre carbonizadas por el sol, pero cuyas células siguen
vivas. Mina no puede resistirse a saber más sobre el asunto, cancelando así los
planes con su amiga Lucy. Ten cuidado Mina, la curiosidad mató al gato.
Paralelamente, Lord Davenport
llora la pérdida de su primogénito. La pista escrita por su hijo antes de morir
señala en una sola dirección: Alexander Grayson. El dolor y el rencor le
obligan a investigar al empresario, aunque sea a espaldas de la Orden. Para
ello contrata los servicios de una mujer que podría ser el preludio de Tony
Soprano, pues realiza un certero golpe donde a Alexander más le duele: su
ayudante.
A pesar de que Joseph insiste
en eliminar a Lady Jayne, Drácula prefiere atacar desde dentro y ganarse la
confianza y los instintos pasionales de la cazavampiros. Agasajándola con
diversos y peculiares espectáculos, Alexander se gana los privilegios. Pero
Lady Jayne, viendo su orgullo en peligro, decide terminar su relación con el
vampiro. Drácula se lo cuenta a su amigo y le deja obrar en consecuencia. Así,
Joseph se dispone a eliminar a Lady Jayne, pero Drácula intercede para salvar
la vida de su amante. Pero en la acción, la cazavampiros convierte en cenizas a
Joseph.
El plan trazado por Drácula da
resultado, aunque le duele haber perdido a un amigo por el bien mayor.
Afortunadamente, ahora cuenta con la confianza ciega de Lady Jayne, que de
momento no sospecha que Alexander sea el vampiro original que la Orden anda
buscando. Sin embargo, lo que Drácula no ha visto venir es el rapto de
Renfield. ¿Les dará toda la información a sus captores? ¿Permanecerá fiel a su
jefe y amigo?
Parece que Dracula empieza a encontrar su lugar, pues estamos a tan sólo un
episodio del ecuador de la primera temporada. Sin embargo, es inevitable que
tras cada capítulo se nos quede sabor de boca a Revenge. La estética, la puesta en escena y la banda sonora juegan
a su favor. Los personajes empiezan a definirse y las tramas, aunque
demasiadas, se van asentando. Ya no cuesta tanto hincarle el diente a Dracula.