
Carmen Maura cumple hoy 78 años y escribimos una oda a la española que es, en sí misma, una película española de culto
Han pasado diez años desde que un eufórico niño, que ese día se saltó el colegio sólo para ver a su musa, gritaba tras las vallas del María Cristina: “¡Carmen!, ¡Carmen, aquí!”, cual acérrimo fan. Una década ya desde que la Maura, primera española, acudía al Festival de San Sebastián para recibir el Premio Donostia. A las 19:12 del día 21 de septiembre de 2013 fue recibida por el director del certamen y Carmen, acostumbrada de sobra a los flases, posaba vestida de negro y chaqueta roja. Durante un largo rato, se paseó por las inmediaciones del hotel saludando y firmando autógrafos, incluido a ese niño, que enmudeció y se quedó petrificado ante los andares de la madrileña. Le bastó con verle derrochar simpatía. “Espero a Carmen Maura”, contestaba a los micros de las televisiones que le preguntaban. Por si aún hay alguna duda, ese niño era yo.
Desde entonces fui más fan todavía. Creé, no solo una forma de admirar a una actriz, sino un lenguaje propio. Acuñé el término mauralier, que dice ser la persona que se declara fiel admiradora de la actriz. No debe confundirse con la idea que defiende Antonio Resines: maurismo, que se refiere a la acotación de icónicos filmes españoles protagonizados por la Maura. Cual ciencia inexacta, se calcula que la lista ya asciende a más de 150 personajes que ha interpretado a lo largo de su trayectoria. “Lo mismo sirvo para un roto que para un descosido”, reflexiona Carmen cuando le preguntan por su versatilidad, esa que le ha permitido interpretar a mujeres humildes, acomodadas, frías, entrañables, perturbadas, desesperadas o enamoradas. Y sin ver interrumpido su trabajo desde que, a los 25 años y sin ninguna formación actoral, se estrenase como aficionada en el Ateneo de Madrid.

Carmen Maura: “A veces pienso que merezco más un Goya por como educo a mi perra que por hacer una película”
Todas sus amistades afirman que, una vez le conoces, aprendes a quererle, y todo colega de set destaca su “impecable sentido del trabajo”, algo que Maura tuvo claro desde sus complicados inicios. Hizo teatro, café-teatro emulando, entre otras, a Marilyn Monroe, fotonovela y varias apariciones en cine que, en resúmenes de su carrera, han pasado desapercibidas. No así su trabajo en televisión en esta, cada noche, a las órdenes de Fernando García Tola. “Me llamo Carmen Maura y soy actriz de vocación tardía”, dijo ante los millones de espectadores de Televisión Española la “nena” que ya entonces hacía ver que valía mucho y que hoy, pese a soplar 78 velas, sigue siendo más nena que nunca. Porque Carmen habrá madurado, pero no ha perdido su esencia lo más mínimo.
Maura sigue haciendo lo que sabe y solo como ella lo sabe hacer. “A veces pienso que merezco más un Goya por como educo a mi perra que por hacer una película”, reflexionó en una entrevista. En su prolífico currículo cinematográfico, Carmen Maura ha inseminado vacas (‘Sombras en una batalla’), dado de comer a un tigre enjaulado (‘Entre tinieblas’), recorrido Madrid en taxi (‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’), cantado variedades por los pueblos (‘Ay, Carmela’), peleado por una maleta llena de millones (‘La comunidad’) o resucitado para reencontrarse con su hija (‘Volver’). El próximo 20 de octubre se intercambiará el cuerpo con Fernando Albizu en la nueva película de Paco Arango, ‘Mi otro Jon’. Por lo que esos 4 Goyas, 7 Fotogramas de Plata, los Premios del Cine Europeo, el Cesar o los premios recibidos en Cannes, Venecia o San Sebastián… no son para menos.

El método de Carmen Maura: estudiarse mucho los textos
Tal es su trayectoria que una de dos: o se aburre de verse a sí misma o no se acuerda de todo lo que ha hecho. “He tenido que quedarme a ver una película mía porque no recordaba el final”, decía hace escasos meses, con la ironía que ha ido ganando con los años. Ahora está más contenida en lo que a declaraciones se refiere. Evita dar titulares en las entrevistas porque, como es habitual que sus palabras se saquen des contexto, pero el humor de tomarse a risa todo lo que antecede y precede a su oficio sigue intacto. Para el resto es muy seria. “Dedico muchísimo tiempo a estudiarme los textos y a entenderlos bien. Creo que es importantísimo saberse bien el texto para sacarle todo el jugo posible”, declaraba a El País ante el estreno de ’Deudas’, uno de sus últimos proyectos televisivos.
Cuesta, además de explicar en pocas palabras quién es Carmen Maura, imaginarte todos sus personajes en otras actrices. Solo ella ha sabido intensificarlos hasta hacer más grande el papel. Álex de la Iglesia, que dirigió a la actriz por última vez en ‘Las brujas de Zugarramurdi’, la antesala de la recepción del Donostia que, por cierto, le entregó el director, dice que Maura “es como un supermercado. Siempre tiene de todo”. Es uno de los piropos que más le han gustado a la actriz, al igual que la dedicatoria del director de ‘Tigres de papel’, Fernando Colomo: “Carmen es la gran revolución en la interpretación de este país, ¡hay un antes y un después de ella!”.

La eterna soñadora que logró salir en Fotogramas e ir al Festival de San Sebastián
La actriz, que tantas buenas interpretaciones nos ha dado, reconoce estar agradecida a haber tomado la decisión de dedicarse a la interpretación. “Lo decidí en un taxi de camino a casa, en 20 minutos más o menos, porque de repente me di cuenta de que era lo único que me salía bien en la vida”. La aficionada que, casi de incógnito, hizo pruebas para codearse con semiprofesionales, ha acabado siendo la referencia de muchas generaciones de actrices que aspiran recorrer parte del camino de la Maura. La soñadora, que quiso salir en Fotogramas y acudir al Festival de San Sebastián, logró no solo aparecer, sino ser portada de la revista cinematográfica. En cuanto al certamen guipuzcoano, no solo lo pisó por primera vez con sus dos primeras películas, sino que acabó recibiendo el máximo galardón honorífico. Consagrada como la verdadera estrella que es.
P.D.: Por si la inicial historia del niño os ha dejado con la incógnita, he de decir que Carmen Maura acabó conociendo a ese niño o, más bien, ese niño acabó yendo a donde la Maura para encontrarse con ella, en posteriores ediciones del Festival de San Sebastián. También en varios teatros del país, cuando la Maura fue cabeza de cartel con ‘La golondrina’. Ahora ese niño es periodista y está escribiendo este texto. Espera algún día, además de poder seguir disfrutando de su espontaneidad interpretativa, encontrarse con ella, en calidad de entrevistador, y dejar hablar a una actriz que, en sí misma, es una película, cómo no, propia del maurismo.

