El matrimonio guionístico King, Robert y Michelle, artífices de la magnífica The Good Wife, ya tiene nuevo proyecto entre manos, tras haberle puesto punto y final a la historia de Alicia Florrick. Dueños y señores del drama, los King no terminan de acertar en el humor con Braindead.
Esencia King
La sombra de The Good Wife es y
será larga para actores, directores y guionistas. Un título que les acompañará
durante años. Los King ya han firmado un spin off para los personajes de Luca y
Diane, pero además cuentan con Braindead, también para la CBS, una apuesta por
el humor pero sin alejarse del área de expertise del matrimonio: la política.
Braindead es una mezcolanza extraña de géneros: thriller, ciencia ficción, política y comedia. Un meteorito estrellado en la tierra, trae consigo unos insectos que se instalan en el cerebro de políticos y ciudadanos, tomándoles como rehenes y haciéndoles actuar y hablar según los desos de estos pequeños extraterrestres.
No se sabe si por miedo, comodidad o costumbre, los guionistas repiten la fórmula estilística que galardonó a The Good Wife. Tanto que parece que estamos asistiendo a una réplica desvirtuada y carente de sentido de la misma. Incluso la banda sonora y otros recursos estilísticos trasladan el esquema anterior. A Braindead le cuesta arrancar, tanto que hasta el minuto 35 aproximadamente, no despierta la curiosidad del espectador. Pero más vale tarde que nunca.
“The Insanity Principle: How Extremism in Politics Is Threatening Democracy in the 21st Century”, largo y descriptivo título que pone nombre al episodio piloto, se toma demasiado tiempo en presentar a los personajes que, de momento, parecen superfluos, poco cuidados y al servicio de una trama ligera. Sin embargo, como ya ocurría en The Good Wife, el carácter crítico, irónico y satírico impregna cada rincón de la serie al más puro estilo King.
Falta de genio
Los rostros más reconocibles son el de Zach Grenier y Tony Shalhoub, siendo este quién protagoniza el climax y más sabor aporta en tan solo cinco minutos en pantalla. El resto del reparto, carente de carisma y atractivo, no consigue darle fuerza a unos personajes simplones y poco profundos. La protagonista, Mary Elizabeth Winstead, no se encuentra a la altura de las circunstancias y no convence, con la curiosidad como única motivación del personaje.
Braindead, que podría haber logrado lo que el Zombieland de Amazon no pudo, se queda en un quiero y no puedo, un intento que podría haber dado mucho más de lo que entrega en su primer episodio. No cabe duda, que conociendo a los King, Braindead crecerá en el transcurrir de los 13 capítulos que ya tiene firmados, pero en el piloto se queda muy corta. Su principal fallo es enterrar su trama y premisa, su tono cómico y humorístico, su carácter de ciencia ficción, bajo el mensaje demócrata y la crítica política.
Braindead no deja claro su tono, ni su argumento, ni su trama. Además, sus desdibujados personajes y su ausencia de concreción despistan al espectador, que no termina de entender si se encuentra de nuevo ante Alicia Florrick, The Walking Dead o una suerte de Mars Attacks. Ni Braindead ni los King no han sabido encontrar su hueco en la comedia, al menos en este episodio piloto. La propuesta es muy interesante, pero no han sabido darle forma ni figura. Y mucho menos genio.
